LUZ EN EL CAMPO.
Cada vez son más los propietarios de casas o fincas en el campo que se acercan a las energías renovables a través de la fotovoltaica.
El elevado coste de traer una línea eléctrica hasta su casa (con los costes añadidos de mantenimiento o pérdida de la titularidad), los picos en las subidas de precio del servicio y el hecho de que haya que pagar un mínimo, que por lo general suele ser el porcentaje más alto de la factura, durante meses en los que no se haga uso de esas viviendas, animan a muchos a instalar un pequeño pero suficiente sistema fotovoltaico aislado, como el que os mostramos en este post, y que GBingener instaló y lleva su mantenimiento desde hace un año.
Dos o tres placas solares, un inversor cargador y unas baterías de respaldo que nos garanticen suministro en las horas de la noche, son suficientes para atender alumbrado, pequeños electrodomésticos de bajo consumo, un frigorífico o hasta una pequeña bomba de agua o depuradora.
Además, si algunos de los elementos se dimensionan correctamente, la instalación goza de total modularidad, pudiéndose ampliar en cualquier momento con elementos nuevos.
Es el caso de las placas solares. La evolución de la tecnología y el aumento de la oferta, han abaratado su coste hasta el punto de ser la parte más barata del sistema y, sin embargo, la instalación posterior de más paneles nos permitirá atender en las horas solares una gran variedad de aparatos y útiles para el campo.
(Fuente fotos herramientas: Leroy Merlin)